Es un método sencillo, nace cuando los primeros hombres dibujan en cavernas y piedras figuras de animales con trozos de madera quemada.
En el Renacimiento el carboncillo fue utilizado para hacer los esbozos de los frecos, que aún se aprecian en los más famosos museos del mundo y hacen parte del patrimonio cultural de la humanidad.
El método del carboncillo es de fácil aprendizaje, se trata de realizar trazos ágiles entre claro y oscuros para representar las famosas, pero no deja de ser una técnica que necesita práctica y bases que enseñen una correcta aplicación de ésta.
Los trazos con carboncillos reflejan matrices de gran intensidad, graduaciones tonales y todo tipo de luces y sombras. Una propiedad importante de este material se da en las posibilidades que ofrece con el claroscuro, por ello ha sido escogido como el material a utilizar en el tema de luz y sombras así se facilitará su entendimiento como tal y el aprendizaje de la técnica o método de aplicación del carboncillo.
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